Hay una casa que imagino, grande y serena. Envuelta en una luz opaca, amarilla que se antoja aparecer en la tarde, antes de que el sol se oculte. En esta casa se envuelven sueños, sentimientos y emociones, aquellas que no se dicen y que no se expresan; aquellas que ocultamos en lo más profundo de nuestro ser, para que ni nosotros mismos las encontremos. Te guardo en esa casa, te envío lejos para no tener que buscarte ni enfrentarte. Te pierdo en los cajones de la cómoda, le echo llave al cuarto donde te guardo. Creo desorden para no verte.
¿Dónde estás ahora? No lo sé.
¿Dónde te habré guardado? No me acuerdo.
¿Te encontraré? Quisiera
¿Te buscaré? No lo creo
Quiero que salgas de tu cajón, forces la llave y salgas a mi encuentro. Espero afuera de la casa, en el columpio, deseando con el corazón que salgas, mirando mis uñas sabiendo que no pasará, rezando y esperando, porque hay esperanza en quien sueña despierta.
¿Dónde estás ahora? No lo sé.
¿Dónde te habré guardado? No me acuerdo.
¿Te encontraré? Quisiera
¿Te buscaré? No lo creo
Quiero que salgas de tu cajón, forces la llave y salgas a mi encuentro. Espero afuera de la casa, en el columpio, deseando con el corazón que salgas, mirando mis uñas sabiendo que no pasará, rezando y esperando, porque hay esperanza en quien sueña despierta.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal