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Oiga, ¿cuánto me ofrece por la tele?
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Buenas tardes, depende de cómo sea.
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Es de marca, está casi nueva y le puede sacar
mucho provecho.
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A ver. ¿De qué año es?
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2009, me la gané en la posada de la empresa y
casi no la he usado, tengo teles mejores que yo he comprado.
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No lo dudo joven. Le doy $500.
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Mire, funciona perfecto y sería el mejor aparato
que tendría aquí, no veo por qué no aproveche la oportunidad que le estoy
dando.
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¿Oportunidad de como para qué?
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Para que
Ud. Pueda mejorar su negocio, ¿se imagina cuántos clientes podrían ofrecerle
por esta televisión? Le daría más clase a este lugar.
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No entiendo lo que quiso decir, pero por algo
está Ud. Aquí. La tele es vieja y está grande, no me sirve mucho. Si acaso,
para vender las piezas, eso es algo que sí me puede servir, Ud. Sabe, en el
puesto.
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¿Y midiéndose? Tiene lo último en tecnología.
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¿Cuánto quiere?
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$2,500, me costó $45,000, creo que se la estoy
dejando a un buen precio.
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Joven, no puedo darle más de $500 pesos. ¿Lo
toma o lo deja?
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Mire, no tengo mucho tiempo y no voy a discutir
con Ud. Cuando se ve que no sabe, ¿dónde está su supervisor?
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Lo está viendo joven, soy el dueño del negocio y
me gustaría ayudarlo, pero no soy su mamá para comprarle la tele solo porque
necesita el dinero. Si gusta llevarse el aparato tres cuadras más para allá y
ver si le dan el dinero, digo, si no es que se la quitan en el camino. Ahora,
que si necesita el dinero, me deja la tele, el reloj que trae y le doy 1,500
pesos.
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¿Este?
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Pos no veo que traiga otro. ¿Cómo ve?
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Este reloj me lo regalaron, no lo puedo empeñar.
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No pues, Ud. Sabe, pero como dijo, no veo por
qué no aproveche la oportunidad que le estoy dando. Si se decide, aquí estoy,
no me voy a mover, estamos abiertos hasta las siete.
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Dos mil.
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1,500 y la tasa de interés es del 18%. Llene
este formato mientras le recibo la televisión, el reloj lo puede dejar sobre el
mostrador.
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Me lo regaló alguien que quise mucho.
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Véalo de esta manera, así la va a olvidar
pronto.
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Deme el formato.
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No se moleste joven, esto es temporal, cuando le
vaya mejor, viene por el reloj, y en un descuido, hasta de la tele.
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La tele no la necesito.
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No lo dudo, joven, no lo dudo.