Me embriago en tus besos y en la mirada que me dedicas cuando te fijas en mí.
Enamorada de tu simpleza, eres como un triángulo con pocos vértices.
Tu calma y miedos te vuelven transparente y complejo. Eres como el viento que no puedo tocar, pero cuando se manifiesta me hace sentir viva.
Tus labios son dulces, saben a sal.
La sal de un mar que está perdido, cuya corriente arrastra y pierde al navegante.
Un mar imaginario que se encuentra en un desierto, seco.
Queda el vapor de tus ojos, lo guardo para no perderlo.