Hoy decidí tomar por mis propias manos las riendas de la felicidad.

Lo primero que hice fue tirar todo aquello que no me servía, borré todas las entradas que sentía que tenías connotaciones de víctima, de sufrimiento, de dolor y de pena. Hoy decidí que dejaré de llorar por personas que no valen la pena o que no valoran mi persona.

El amor comieza por uno mismo. Hoy me voy a amar, a disfrutar mi belleza, a reír conmigo, abrazarme y darme el cariño que yo misma me he negado. Basta de echarle la culpa a otras cosas, personas y situaciones, es hora de tomar acción y hacer un cambio.

Pero el cambio debe ser genuino y de raiz. Para esto debo ser fuerte y eliminar de mi vida aquellas relaciones y personas que no me aportan nada bueno. También debo aprender de que mi entrega es sin recibir nada a cambio, y de que si amo, doy o comparto es por el hecho de satisfacer mi única necesidad de ayudar y no por esperar algo a cambio.

Amaré incondicionalmente por el hecho de hacerlo porque a mí me hace feliz. Olvidaré los errores y las situaciones que me dieron tristeza. Me daré la oportunidad de vivir cosas nuevas y dejarme querer por las otras personas.

Esto no quedará en simples palabras, no descansaré hasta verlo plasmado en mi vida.