Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

sábado, febrero 25, 2012

Te amo, pero no puedo aventarme al abismo contigo.

Te amo, es solo que me cuesta trabajo creerte.

Te amo, estoy a tu lado, te tomo de la mano, todo esto en mi mente. Espero lo sientas cerca.

Te amo, ¿por qué tienes miedo?

Te amo, ¿por qué niegas?

Te amo, esto ya lo vivimos antes.

Te amo, amor, espejo de mi alma, mi carencia, mi Sr. Gerente, mi padre, mi niño, mi amigo, mi amante, la parte que me falta, la parte que me sobra al mismo tiempo, la constante en mi pensamiento, la foto que no existe, mi espalda preferida, mi cabello negro, mi cuerpo preferido, la nariz que muerdo, mi mejor actuación, el que mejor me lee, al que más castigo, al que más denigro, a quien más maltrato.

Te amo, nos cuesta el amor. Es caro para pagarlo en esta vida.

Te amo, en mi mente, en otro espacio, en otro tiempo, en otro lado.

Te amo, en la próxima vida seré tu ángel, hasta que decidas acompañarme. Hasta que decidas volver a incorporarte a nuestro origen.

Te amo.

Esa breve electricidad que viaja en cuerpos y solo es conocida por aquellos que juegan con la materia, con la energía que cobra vida y no pregunta que camino puede tomar. Esa breve electricidad que dura instantes y es lo suficientemente poderosa para buscarla continuamente, repetirla en diferentes caras, cuerpos, momentos y situaciones con tal de volver a vivirla. Ese momento que no se puede describir pero uno muero por vivir, cuando dos instantes coinciden y conspiran para olvidarse del tiempo, en aquello que morimos.

Buscar tu mano, encontrar la mía. Dejar que la naturalidad junte nuestros brazos. Permitir que tomes mi cintura mientras juego con tu cabello. Sin pensar, sin conocernos. ¿Para qué sirven los detalles cuando lo demás habla un lenguaje común? ¿De qué sirve el formalismo cuando conocemos de antemano el resultado?

En ese juego estamos atrapados. Destinados a que no termine para no perder ni ganar. El movimiento del tablero es más emocionante que la pieza, que el marcador. Es solo eso, acciones recurrentes; miradas largas, conversaciones imaginarias que se dicen sin pensar, esperando el momento de llegar a la vida.

¿Qué se espera? ¿La muerte, la última oportunidad? Resurrección, vida o fantasía, la respuesta es la misma en diferentes letras.Es deseo, es amor, son instantes. No cuestiones, no expliques, no esperes, no metas ni a la cabeza ni al corazón en esto. No es amor, no es sexo: es movimiento.