Luna, hoy que nos iluminas a los dos, llévale mis palabras para que lo arropen y unos besos para cada una de sus mejillas.

Lleva mi espíritu a su lado y acurrúcalo detrás de su espalda. Pon mi aliento en su hombro y mi calor en su almohada. Platícale lo que dice mi mirada.

Hago una oración por los chilenos, por los haitianos, por nosotros.

Por aquellos que sufren en silencio, a gritos, en compañía, solos.

Porque el dolor es algo que todos vivimos.

Porque el amor puede más que el odio, porque un abrazo más que un golpe, una sonrisa más que una humillación, una palabra amable más que una bala.

La diferencia está en uno, debemos ser amor.

Hoy elijo convertirme en eso: amor.

¿Se puede retomar una relación que terminó?

La respuesta es difícil, ¿a quién no le gustan las segundas oportunidades? Pero, si lo piensas bien, cuando ha pasado el tiempo se vuelve un poco complicado, porque de una forma u otra te das cuenta que las cosas terminan por algo, no de forma fortitua y que esa razón el tiempo se encargó de dejarla en el olvido...y que cuando se vuelve a intentarlo está el riesgo de que esa razón se desempolve.

En ocasiones uno se enamora de la idea del otro. Es lo que idealizamos o elegimos recordar de una persona. Son los buenos momentos, las risas, los cariños, las miradas largas. Se nos olvidan los rencores, los desplantes, las lágrimas, los noes.

No ha habido un día que no piense en tí, es cierto. Pero lo que tuvimos ya no está, si en su momento terminó fue porque no tenía la fueza necesaria para seguir adelante; en especial yo debo entender eso. Buscar algo nuevo, dejar que la vida siga, es algo que me repito, y ahora que tengo algo de paz creo que puedo lograrlo. El amor es hacia una persona, pero también es un estado, quiero que eso fluya en mi vida, no lo contrario.

Reconstruir lo que alguna vez sucedió lo veo tan lejano ahora. Si no pasó entonces, ¿por qué habría de pasar ahora? La respuesta no me da confianza.