No, no tengo cuerpo de modelo. Soy real y humana. No soy una estatua, tengo cortes, cicatrices, malos hábitos, perversiones, carácter, aislamiento, egoísmo y demás. Pero también tengo pasión, alegría, vida, amor, sexo, lealtad, metas, sueños, olvido. Soy una mezcla de muchas cosas, tengo muchas capas, muchas vidas. No soy la que se ve, tampoco soy la que está dentro. Es algo más, mucho más que puede llevarte de encuentro. Tampoco soy diferente de tí, no hay nadie simple, todos somos complejos.

No existe el mal en el mundo. Todas las cosas que consideramos malas, o situaciones, son causadas porque nuestras decisiones no están siendo las más acertadas y un destino mejor nos espera, pero que debe ser elegido. Es entonces cuando algo "malo" sucede, para que nos pongamos a pensar, podamos ver lo correcto, tomemos decisiones y alcancemos el bien que está destinado para nosotros.

Pues bueno, cuando afirmo que creo algo como que el destino me dice: "vamos a ver si es cierto que puedes mantener todo lo que piensas" y pasa un día como hoy. Parece ser que estoy destinada a aprender a través del caos. ¿Es una prueba? ¿Es así? ¿Soy muy exagerada? Si pienso que todo pasar por algo mejor, debo tener fe y confiar, mantenerme alerta, aprender la lección, interpretar el mensaje. Todo se dice fácil, lo interesante es llevarlo a cabo mientras sucede, sin perder la ilusión y lastimar a otros.

Esa rebeldía espiritual es mi principal aprendizaje por conseguir. Encontrar la manera de dejar de cuestionar. Quizás lo que sucede son cosas para que entienda lo que me niego a entender, que aprenda lo que debo aprender.

Sí se puede. Conocí a alguien que lo logró, también puedo, puedo regresar. Lo pesado son estas pruebas. No son tan malas, es solo cuestión de actitud, de mucha.

Voy a seguir luchando. Contra lo que venga: la circunstancia, la soledad, los otros, los retos, el aprendizaje. Puedo hacerlo. Vienen más pruebas, pero son para amar, sin juicios, paradigmas. Es la manifestación del amor sin cuestiones humanas.