Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

viernes, junio 15, 2012

Querído Iván,

¿Cómo estás corazón? ¿Cómo te ha tratado la vida? ¿Te sientes bien? ¿Has cumplido tus sueños? En los últimos días no he dejado de pensar en tí. No porque tenga el deseo de estar contigo, sino porque el cariño llama a cerrar ciclos y me niego a cerrar el tuyo, mi orgullo no me lo permite. Siento que todavía nos debemos tanto; explicaciones, discursos, diculpas, pretextos y excusas. Nos debemos una plática corazón a corazón. Quiero escuchar lo que nunca dijiste y ambos sabíamos.

Siempre tuve la sensación de que me decías verdades incompletas. Esa sensación de que decías sí cuando querías decir que no y viceversa. Era estar con un extranjero que no habla mi mismo idioma, o con un mudo que no dice nada y solo sigue. Me quedé con ganas de escuchar lo que querías decir, historias grandes o pequeñas que me querías contar. Nos olvidamos de la verdad para quedarnos con la apariencia. Me quedé con las ganas de hablar con tu ser interno, con tu corazón y no con tu cabeza; con aquel ser lleno de miedos, aquel que, creo, habitaba en mis sueños. ¿Lo dejaste morir o le diste de comer?

¿Alguna vez piensas en mí? ¿Alguna vez te has arrepentido o querido pedir disculpas? De qué verdad, si no me rompiste el corazón, fui yo quien lo hice cuanto te lo lancé al momento en que te diste la vuelta...y te fuiste.  Creaste el escenario perfecto para no darme cabida, ahora no puedo entrar.

Estoy dolida. La principal razón, y es la que ha prevalecido el último año, es que no demuestres ningún interés después de todo lo que pasó. Cuando me refiero a todo van incluidas las noches que pasamos juntos, las llamadas telefónicas a España, el darte todo lo que necesitabas, los envíos de cigarros, las defensas a tus tonteras, no permitirme olvidarte, compararte con todo lo que se moviera, admirarte, respetarte, apoyarte, ayudarte, valorarte, amarte. Dime corazón, ¿qué no te fue suficiente? ¿Qué parte de tus expectativas no llené?

Mi principal error fue querer cambiarme a mí para darte gusto. Modificar mi esencia para tu tranquilidad. Ahora me encuentro en un viaje de autodescubrimiento para volver a ser quien era antes de tí. Tu indiferencia fue lo que más me hirió, lo que más me hiere. Aprender a vivir sin buscarle una razón. Entender que no había amor, porque no es algo que se acabe de un día para otro; o se tuvo o nunca existió. Fuimos un sueño, tuyo al principio, mío al final. Fuimos una mala jugada que se salió de control y la enterramos, ahora tiene vida propia y pide que la maten.

Ahora, en restrospectiva me doy cuenta que no te amé realmente, que simplemente la herida de la separación fue muy profunda. No es que te hayas ido, fue la forma en que partiste, te arrancaste de raíz y me dejaste desangrándome. Quedé débil, no ha sanado todavía, lo sé cuando creo que te volveré a ver, porque me sigue doliendoy quiero evitarlo, quiero evitarte porque no quiero preguntarte directamente ¿por qué? y reclamarte el derecho a que me contestes.

Tanto que rogué porque regresaras. Ahora cómo me arrepiento de eso. Eres el error que no quiero reconocer. Perdona todo esto, es la forma que tengo de preguntarte si alguna vez me quisiste, si alguna vez fue real, si no fue mi imaginación. Dime que se murió en algún momento, prefiero eso a saber que todo fue un engaño, una ilusión en mi cabeza, que tus caricias fueron fingidas y tu cariño no fue real. Dímelo por favor, dime lo que siempre supimos y nunca lo dijiste. Déjame ir tranquila.

Te quise mucho. Ya no queda nada de ese amor, se terminó. Quedó sólo el dolor de la herida.