Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

lunes, junio 28, 2010

Al llegar a casa de Marco se miró en el espejo por última vez. Debía practicar la mirada que a él le gustaba, nunca se lo había dicho pero lo había descubierto en varias ocasiones viéndola, y ella miraba en cierta forma que él quedaba más atrapado. Esta noche utilizaría esa arma a su favor, para que Marco no se diera cuenta del momento en que atacaría.

Estaba sumamente emocionada al momento de tocar el timbre. Se preguntaba si Alberta estaría presente. No había notado en Marco hasta que Alberta comenzó una relación con él, desde ese momento la duda y la intriga habían atrapado a Sofía. ¿Por qué una chica como Alberta podía tener a alguien como Marco? Alberta no era muy bonita ni tenía algo que atrajera a la gente, era muy seria, con un aire de ternura y bondad que desesperaba a Sofía. Esto era algo personal.

Marco abrió la puerta. Se sorprendió al verla.
-Hola, no te esperaba tan tarde. Creí que ibas a venir más temprano antes de acudir a tu compromiso del trabajo. Pasa, siéntate.
-Hola, lo siento. Decidí ir primero al compromiso y después venir aquí contigo. La verdad no tenía mucho ánimo de asistir allí, hay mucha gente que no conocía y el proyecto del edificio estaba terminado hacía tiempo, esto fue sólo para dar gusto a la constructora.
Ya conocía el lugar, había estudiado la casa las pocas veces que había ido. Debía llevarlo a su cuarto, así si Alberta llegaba no notara su ausencia.
-O.k., entonces ¿de qué proyecto hablaremos entonces?
-Como te comenté por teléfono, viene un proyecto importante para la constructora, ahora van a hacer un edificio muy contemporáneo y minimalista, ya sabes, estilos que no van conmigo, pero debo hacerlo. Como diseñador puedes ayudarme a encontrar algo que le guste al cliente y se ajuste a lo que me guste.
-Tienes razón, lo simple nunca te ha gustado.

Se sentaron y platicaron un poco. Le ofreció vino y Sofía aceptó con gusto. Estaba cayendo. Al poco tiempo ella comenzó a reír y desviar el tema del trabajo, comenzó a sacar la mirada en algunas ocasiones; Marco se dió cuenta, le gustaba, sentía que otra persona se adentraba en Sofía y sus ojos cafés expresaban algo que no podía descifrar, eso le fascinaba.