Tengo un grito dentro, podría destrozar cristales y cruzar oceános. Es un mounstro que puede llegar a dominarme. Se quiere apoderar de mi mente, y mi corazón está tan entretenido llorando que no se quiere dar cuenta y tengo que entrar en escena para evitarlo.

Es una lucha constante, distraer al corazón y ocuparme del grito. Termino tan cansada que me dan muchas ganas de dormir, creo que tengo dos semanas con mucho sueño; es la forma más fácil de terminar con este pleito interno. Duermo mucho y profundamente, no quiero ni soñar ni pensar en nada. Cuando pienso analizo y encuentro más razones por las cuales me estuve cegando a mi misma queriéndote, me encuentro con la realidad de un cuento y eso no me agrada; por eso prefiero dormir, así llegará el día en que haya olvidado, es como estar a dieta uno se tiene que esforzar pero al final el resultado valdrá la pena (espero).

Cuando no puedo dormir me mantengo ocupada pensando en todo lo que se pueda. Despierta y con la mente en blanco se me vienen las lágrimas, y no puedo llorar en el trabajo ni frente a mi familia y mucho menos frente a mis amigos...y no me permito llorar cuando estoy conmigo misma. No debo.

Quiero volver a amar, aunque sea a otra persona. Es hermoso querer a alguien, estar feliz por ningún motivo, reír y compartir experiencias, divertirse o simplemente estar. Espero que pase pronto esto, deseo que en la siguiente oportunidad abra bien los ojos. En ese momento el hoyo negro que tengo dentro se convertirá en un manantial; quiero volver a brotar llena de vida, desbordarme.