Para qué estar triste cuando puedes estar feliz.
Para qué dejar de amar cuando te nace hacerlo.
Para qué cambiar a otra persona si es única.
Para qué hacer lo mismo cuando puedes hacer algo diferente.
Para qué limitar tus risas.
Para qué pensar en lo que piensen los demás.

Porque mejor no nos dedicamos a amarnos, sin juicios de por medio. Aceptando a los otros con todo lo que implica.

El mundo es demasiado maravilloso para no apreciar su belleza en las sonrisas de la gente.

El tiempo es breve para perderlo en formalidades, estructuras y  cuestiones. Se trata de hacer realidad los sueños, no de dejarlos en la cama, dormidos.

Me faltan muchos sueños por realizar. Estoy ansiosa y feliz por comenzar a cumplirlos.