Le tengo miedo al compromiso.
Le tengo miedo al compromiso tradicional que mata y asfixia las relaciones. Lo evado cada vez que lo veo en la cara de alguien que quiera enjaularme y dejarme como un trofeo.

No lo hagas corazón. Soy fiel, de eso no te tienes que preocupar. Estaré a tu lado por voluntad propia. Solo te pido que me dejes vivir.

Tengo proyectos, ideas, sueños, ganas. Soy de carne, siento como tú. Quiero hacer muchas cosas, vivir experiencias, disfrutar cada momento del presente, seguir los instintos de mi corazón, retar la justicia divina, reír, bailar, cantar hasta quedar ronca, amar. Todo esto no te excluye, al contrario, te vuelve parte. Así como yo tengo proyectos y motivaciones, tú las tienes y la intención, corazón, es mantener nuestras individualidades intactas compartiéndolas entre nosotros y creando proyectos juntos.

El reto es perdernos en el mundo que crearemos en la cama sin dejar al mundo que llevamos dentro de lado. Mantener viva la pasión y eliminar la rutina. 

No veo porqué tengamos que renunciar, cada uno, a nuestros sueños para estar juntos. Nuestros sueños son lo que nos hace salir adelante. El día a día es suficientemente duro para no tener algo en qué fijar la vista y seguir avanzando. Me niego a dejarlos de lado. Solo pido tu  apoyo para alcanzar los míos; me tienes toda entera para alcanzar los tuyos. Construiremos nuestra vida alrededor de ellos, sin matarlos, porque eso sería lastimarnos.

Dentro de los sueños van incluidas las ideas, la forma de amar y vivir. No mates mi esencia corazón, es lo único que tengo, es lo único a lo que no voy a renunciar, aunque eso signifique soledad. Prefiero ser libre y vivir.  ¿Qué te pido? No poner fechas y estructuras, esas las construiremos bajo la marcha, conforme se den las cosas. El futuro no lo tengo aquí, no ha llegado y no me preocupa porque será lo que queramos que sea. Disfruta el presente, es todo.