Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

sábado, marzo 10, 2012

No me dejes, te lo ruego.

No te vayas, te grito.

Abrazo tu cuerpo inerte, frío, duro, ausente. Quiero aprisionar en mis brazos una vida que se ha ido, un fantasma que se aparece en otra parte y se convierte en mi delirio. Volver atrás en el tiempo es una opción que cruza mi mente una y otra vez, una solución que no veo cómo echar a andar. 

Destrozada porque en tu cuerpo ya no hay futuro. La vida se fue a algún lugar que no me notificaron cuál es o dónde queda. ¿Cómo llego a tu mismo destino? ¿Te puedo alcanzar allí donde no sé dónde es? Tantas palabras no dichas, momentos no vividos, proyectos inconclusos, todos amontonados en mi cabeza esperando el momento para salir y cobrar vida contigo...y tú no los dejas porque ya no estás.

Toco tu cara para recordarla una vez más. No puedo verla bien, mis lágrimas no me dejan. Te miro fijamente y no te pareces a quien eras antes. Te hablo, no respondes. Te aprieto, no te mueves. Te quiero, ¿todavía me quieres? A dónde te hayas ido, ¿todavía me quieres? Júrame que ese sentimiento no cambia, júrame que no me olvidarás, júrame que si algún día me vuelves a ver correrás a mi encuentro, júrame que a donde hayas ido te acordarás de mí, porque no te olvido, porque te tengo presente, porque volteo a cada esquina esperando encontrarte para correr y abrazarte y no volverte a dejar ir. No te vayas, te lo ruego, detén tu camino y regresa, conmigo, detén el tiempo y  no permitas que avance; transfórmate en el héroe que cumplirá mis deseos. 

Los momentos son breves en espacios pequeños porque recorren menos distancia cuando se retiran. Tu cara sigue fría, tu pecho inmóvil. Mis manos dejan de buscar una respuesta y se van de tí, sin tí.

¿Te acuerdas cómo eramos en otra vida? ¿Eramos el uno para el otro? En ocasiones pienso que en vidas pasadas estuvimos juntos y nos hicimos daño. Por eso ahora seguimos amándonos tomando camino separados para vivir lo que anteriormente no vivimos ni disfrutamos; buscamos nuestra propia individualidad en lugares que no coincidan, estando juntos con el pensamiento, en rezos y plegarias que solo Dios escucha (y no me consta que lo haga).

En otra vida seguramente vivimos intensamente y eso nos provocó morir, lentamente como desangrarse en el campo de batalla. Ahora vivimos momentos intensos, que nos da miedo porque nos lleva a memorias que no tenemos pero sabemos que existen y nos da miedo abrir. Vivimos como si supiéramos el final que jamás hemos intentado, haciendo caso por única vez a una intuición incierta, que nos arropa. Le aposatamos a una seguridad indefinida que no es tuya, ni tampoco mía.

En la vida futura seguiremos amándonos. Quizás estemos juntos y no nos haremos daño. Quizás no nos recordemos y  volvamos a reencontrarnos, un inicio extraordinario para un final largo y tedioso. ¿Cuántas vidas llevamos? ¿Cuántas veces más nos amaremos? Quiero resetear el sentimiento, en un cuerpo y lugar nuevos.