Hoy vi una película francesa, que al final muestra una frase que me gustó mucho: "No importa  la muerte, sino lo que estás haciendo en el momento en el que llega, y Reneé estaba lista para amar". Me dejó pensando, ver ese momento inevitable como lo que estabas haciendo, y no lo que hiciste o terminaste, sino lo que venía; no fijarse tanto en lo que hice antes, sino en lo que estoy haciendo para recibir después.

En retrospectiva, he amado, he intentado, me he atrevido. Realmente no puedo quejarme de haberme quedado con la espinita de hacer algo en mi vida, creo que de cierta manera siempre he estado lista para amar y quizás por eso he amado a varias personas equivocadas en la vida. Siempre pensando que es el último, y siempre pensando en lo que vendrá después. Debo reconocer que ha medida que pasa el tiempo duele más cuando te rompen el corazón o las cosas no salen como una lo planeaba. Es duro, apostar todo tu dinero a una partida que, en ocasiones, no sabes si existe. 

No me puedo quejar, he amado, es sólo que quiero volver a hacerlo. Ahora hay tantos presentes, y a la vez ninguno. Son amores del pasado que no quiero dejar ir, porque prefiero viejos fantasmas a encontrarme con uno nuevo. Buscando algo seguro no dejo lo anterior, y me encuentro como el perro de las dos tortas: acumulando fantasmas; los cuales ya se quejan que no caben en el armario, que son muchos y que ya debería deshacerme de algunos, creo que no les gusta que los use según la ocasión. 


En parte creo que me gustaría decidirme por alguno, y en parte me gustaría que hubiera uno.