Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

sábado, junio 02, 2012

Si una travesura hubiera de cometer, sería en tu vida. Me atrevería a desafiar a esos ojos, llenarlos de sentimientos encontrados, por el simple placer de disfrutarlo, por saber que tengo el control sobre y la situación.

No sé si te amo, no sé si alguna vez lo hice. Es solo que me parece divertido buscar, a prueba y error, la forma en cómo puedo provocarte. Debe hacer una fórmula mágica para logar mover los hilos que te controlan, como si fueras una marioneta. Quiero descubrirlos, enredar mis dedos en ellos y ver qué sucede.

La curiosidad mató al gato, dicen. La curiosidad me conquistó a mí y me ordena seguirte, encontrarte, dominarte y enamorarte. Para sentir que eres una presa, para tenerte en mi exhibidor, limpiarte con una franela y tenerte guardado en mi corazón. Te quiero.

Hacemos el amor solo para olvidarlo.
Buscamos pretextos para encontrar el polvo de estrellas, aquel se acumula en el corazón mientras esperamos.
Tu suave mano, mi pierna fría, el movimiento de un cabello que no decide en cuál piel quedarse, si en la tuya o en la mía.
Encontramos el amor solo para perderlo.
Noches fugaces, instantes eternos. El fin del mundo viene y lo único presente es tu reflejo.
Universos paralelos, historias que terminan. El mundo gira a medida que me detengo, que te detienes esperando una palabra, una mirada que nos animen a correr fuera de aquí.
Matamos al amor.
Despacio, sin prisa. No es un ser vivo, no es necesario mantenerlo. Y sin embargo, tiene vida propia.

La vida es un cambio constante. El cambio existe para que la vida pueda mantenerse. Estar estático es una muerte eterna. La muerte, en cambio, es la vida, porque hay que renacer para existir; nada se mantiene constante porque todo cambia. Es fácil de leer, pero algo complicado en el sentimiento.

A nosotros, los humanos, nos gustan las cosas constantes, que no sean diferentes al ayer ni al mañana. La vida son ciclos que permiten que vivamos, que crezcamos. No tienen fin. Debemos entender estos ciclos para poder vivir una vida plena; cuando el cambio lo hacemos parte de nosotros es cuando podremos disfrutar el presente. En esto tiene que ver la fe. Es necesario creer que todo estará bien porque de otra forma uno se preocupa más y es fácil que la angustia te invada. Fe es tener confianza en que todo está bien porque así es, no hay otra forma. Un cambio negativo no existe porque todo ocurre por alguna razón que nos beneficia; que no tengamos el entendimiento necesario es otro asunto. Debemos aprender a tener confianza en el orden divino, en el orden que nosotros creamos, en nuestras capacidades y oportunidades; mientras nos aferremos a lo que no existe no podremos ver lo que tenemos o lo que viene. Debe ser con amor, con alegría, aunque pese y duela. Es una paradoja.

Gracias por los cambios que experimento. Gracias por los retos que se me presentan. Gracias por lo bueno que he recibido y que recibiré. Me abandono en el amor y construyo mi futuro con lo que tengo y lo que soy. Todo pasa por algo bueno, de mi depende que esto ocurra y de mi depende que lo viva. Me abandono al cambio para ser constante.

 El amor es amorfo. ¿Has visto en alguna ocasión que tenga una forma definida y predeterminada? Yo no. ¿Tu sí? Supongo que tampoco. Entonces, ¿quiénes somos para juzgar la forma en que se manifiesta? ¿Quiénes somos para decir que una forma de amar es correcta y otra no? ¿Quiénes somos para limitar al amor, limitarnos de recibirlo? ¿Cuántas veces lo hemos ignorado porque no se presenta en la forma que queríamos o esperábamos? ¿Has tenido ese sentimiento, de soledad? ¿Y si no estabas solo? Si simplemente estabas siendo amado de una forma diferente e irreconocible para tí.

El amor nos rodea. Elegimos sentirlo o no. Elegirmos vivirlo o matarlo, o ponerlo de lado para que no estorbe. Lo difícil no es amar, es dejarse querer. Aceptar el amor en las formas que él elige a veces no es fácil para nosotros; abruma a tal grado que intimida y cohibe. Todos queremos ser amados pero tenemos miedo de aceptarlo porque tememos a lo desconocido; al dejarte amar lo único que tienes es incertidumbre, no hay certeza de lo que pueda suceder porque todo es posible. Eso intimida, reconocer que no tienes límites y que puedes hacer todo cuando siempre viviste limitado por infinidad de cosas que rondan en tu cabeza, prejuicios e ideas estúpidas que no llevan a ningún lado.

Dejarse querer por el amor. ¿Cómo cambiaría el mundo? ¿Cómo cambiaría yo? ¿Cómo cambiaría mi vida? ¿Tendría lo que sueño? ¿Llegaría lejos? Si es tan fácil como suena porqué me cuesta tanto, aceptarlo, reconocerlo, vivirlo, disfrutarlo. El amor es calma, es una pausa que antoja volverse eterna. Quiero darle mi mano al amor, unirme en él hasta desaparecer y dejar de ser yo para volverme él, perderme en su anonimato. Dejar de existir afuera y permanecer en su abrazo. Eso no me da miedo, si fuera así tengo la certeza de que allí permanecería, me convertiría en él.

No te vayas amor, no dejes que mi duda te aleje. La decisión está tomada, es sólo tomar valor para irme contigo.