Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

viernes, febrero 10, 2012

Existes en el lado obscuro del corazón, aquel que no recibe luz porque está muy escondido. Se pierde debajo de las sábanas y cobijas como un niño que no quiere salir a caminar por el frío. Sentimiento perverso que se agota en su primer suspiro, no alcanza a nacer; nos encargamos de matarlo en cuanto se asoma. Le negamos la vida, la oportunidad de ver cosas maravillosas que después, quién sabe, cuente en una reunión de borrachos.

Es corto, como un pantalón mal hecho, que cubre la pierna más no el tobillo. Posee la capacidad de adaptarse a su ambiente, ser camaleónico diría un experto naturista. Yo solo pienso que se pierde en el deseo de uno mismo, por eso no lo vemos y pasa desapercibido. El deseo de entregarse es duro, como piedra, pero una seca que no ha recibido agua en años y que tardará más en ablandarse. Como si eso se pudiera disponiendo de toda la eternidad para lograrlo. Quiero pedir prestado tiempo para completar la tarea de ablandar esa piedra, que ya no sé si es tuya o mía, si es un corazón o un hígado, quizás una pelvis o un útero, no lo sabemos, está olvidada en la mesa guardando el polvo que no se ve al limpiar.

Hay tantas cosas que decir y nada al momento de hablar. Los extremos definen las causas de quienes mueren en batallas inéditas que se extienden en la imaginación para convertirse en reales conforme pasa el tiempo. ¿Es esto una guerra? Dime por favor si esto es entonces algo breve, un momento, una etapa o el fin; la niebla con la que convives no me permite ver nada.

Paralizas mi lengua con discursos largos que nunca habrán de oírse. El silencio reina el espacio. La lengua se adueña del paladar para evitar que se escape cualquier sonido que se acerque al amor, a la necesidad, al grito; es una presa.