Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

jueves, junio 26, 2008

Hola

Escribirte me es un poco difícil, más por las condiciones en qué decidí dejar de tener comunicación contigo. Cumplir mi promesa no ha sido fácil; hay días que me encantaría hablarte y platicar como si nada hubiera pasado, pero hay tanto de por medio, al menos de mi parte, que no sé cómo hacerlo ni cómo sentirme al respecto.

En el pasado me sentí herida de muchas maneras. Me sentí traicionada cuanto te gustó y/o estuviste con Jacqueline. Es algo que aún hoy en día me afecta y sigo tratando de lidiar, más porque siento que se me debe una explicación al respecto. ¿Cómo pudiste? Hay otras cosas que también me hirieron y que el tiempo en lugar de borrarlas las remarca. Ese mismo tiempo que no ha permitido que te deje de querer a pesar de todo.

Cuando pienso en el futuro me es difícil concentrarme dónde estaríamos situados. Lo pasado dejó cicatrices que no han sanado y están presentes para no volver a repetir esos errores; son las mismas heridas que no me permiten olvidar todo para comenzar de nuevo. Me es difícil perdonar, más cuando siento que no ocupo un papel en tu vida.

He tratado de seguir adelante. El recuerdo de tu amistad, compañía y momentos que viví contigo son muy fuertes y no me han permitido avanzar tan rápido como yo quisiera. Es pensar en ti y preguntarme si volveré a vivir eso, ¿con otra persona? Quizás, pero no veo la forma de repetirte, yo te quiero a ti.

Creo que todo lo anterior que te contado formó un nudo en mi corazón. Cuando pienso en ti, recuerdo cuando salimos de viaje y todo aquello que quería compartir contigo y que nunca quisiste escuchar porque no lo consideraste el momento adecuado. ¿Cuándo es la ocasión adecuada para hablar de un sentimiento que muere? ¿Cuándo es educado deshacer un nudo en el alma par no dañar a quien amas? Mi actitud de alejó y desde entonces no pude recuperarte.

He sentido miedo, frustración, coraje y duda. Todo junto. Sentí que no eres para mí, que no somos compatibles…y aún así no puedo dejar de quererte.

Estoy dispuesta a olvidar, a perdonar, a empezar de cero. Si tan sólo pudieras escucharme, si tan sólo me dieras una segunda oportunidad. Es en este punto donde me encuentro detenida e inerte. Atendiendo y alerta busco señales. Cuando estoy frente al teléfono o al correo no encuentro el valor de actuar; tus palabras retumban en mí: “no te quiero, no te podría querer como tú lo haces, quiero a otra persona”. Me doy cuenta de que quiero revivir un sentimiento muerto.

¿Estaré bloqueada? ¿Me niego a escuchar la verdad? ¿Por qué me es tan difícil aceptar que no me quieres? ¿Por qué no te creo? ¿Por qué siento que, desde que estuvimos juntos, no eres sincero? Dime la verdad, dime lo que hay en el fondo de tu corazón, lo necesito para sanar.

Eres lo único en mi vida de lo que me arrepiento. Si hubiera sabido al arriesgarme contigo que te perdería de esta manera, no hubiera movido un dedo. El hubiera no existe, me arriesgué creyendo que sentías lo mismo; me arriesgué porque estaba segura que al sentir un amor tan grande y tan fuerte no se podía fallar…y fallé.

Inconcientemente te espero. Inconcientemente aguardo a que cambies de parecer. Sigo en pausa por si recapacitas. Estoy parada.

Hace poco comencé a caminar de nuevo en mi vida, a pasos muy lentos y volteando constantemente hacia atrás, a ver si llegas y buscas alcanzarme. Cuando miro hacia delante voy repitiendo en mi interior: “Ven, llega pronto”.

Te quiero, es lo que único me queda en el fondo. Es el resumen de esta carta y el suspiro que me acompaña cada vez que puede salir a la luz. ¿Podrás quererme tú? ¿Leerás algún día esto? Es el gran secreto de mi corazón.