No importa lo que hagas, el amor te rodea. Está en ese espacio que no ocupamos, en las palabras no dichas y en el sonido de un silencio ausente. El amor es el grito en la pelea, el reproche por el retraso, la lágrima en la inconformidad y el sentimiento de desgano. Es todo eso junto y más. Quizás por eso sea tan difícil describirlo y tan fácil encontrarlo en diversas formas. Buscamos en vano cuando la imagen está enfrente de nuestras miradas.
Dicho sentimiento no deja dormir y al mismo tiempo yace rendido en la cama, cual hoja recién desprendida del árbol. Mantiene alerta, en diálogos inexistentes y profundos. Es una obscuridad en la cual no necesitas prender la luz porque puedes ver todo. Por eso me gusta amar, porque me agrada esa calma que inunda la habitación y que deja el amor cuando termina el día.
Dicho sentimiento no deja dormir y al mismo tiempo yace rendido en la cama, cual hoja recién desprendida del árbol. Mantiene alerta, en diálogos inexistentes y profundos. Es una obscuridad en la cual no necesitas prender la luz porque puedes ver todo. Por eso me gusta amar, porque me agrada esa calma que inunda la habitación y que deja el amor cuando termina el día.