¿Por qué tomaste una decisión por mi?

¿Por qué pensaste que debía seguir con mi vida? ¿Por qué me hiciste a un lado completamente? ¿Por qué creíste que erea lo mejor para mi? ¿Quién eres tú para tomar esas decisiones? ¿Quién eres tú para matar mis sentimientos? ¿Quién eres tú para decidir si debo o no quererte?

Me heriste.

Porque ahora me veo obligada a hacer algo con lo que siento, a olvidarte y me niego.

¿Por qué quererte no fue suficiente para tí? ¿Por qué nunca me dijiste que querías?

Estoy rota.

¿Cómo seguir con mi vida sin tí? No lo entiendes verdad. Mi vida siempre ha estado completa, siempre he seguido adelante, siempre he tenido planes. Te conocí, te quise y decidí compartir contigo; no me importaron las consecuencias porque no me importa el cómo, solo tener lo que quiero. No me importa dónde o cómo sea feliz, mientras lo sea, y estando contigo lo conseguía. Complementabas mi felicidad, la enriquecías porque no debía dejar de ser yo misma para lograrlo, sólo debía estar a tu lado.

Me duele tu decisión de no quererme. Te ofrecí mi corazón, mi alma y no fue suficiente. No tengo más que ofrecerte.

Me retiro, ganaste. Me querías fuera de tu vida, lo lograste; querías que hiciera mi vida, lo hago: buscaré a alguien, tendré la familia que quiero, seguiré siendo exitosa. Mis decisiones ya no tienen que ver contigo.

Pero me volví de piedra. Todos los días me pongo el traje de soy feliz, de soy exitosa, de nada me pasa, de me divierto, de que tengo todo. Y hay días, como hoy, que solo puedo llorar y saco todo el amor que tengo dentro y lo envío a donde tú estés, espero te pueda tocar, espero te sirva. Te quiero.