Le fateuille

Un poco de mí, para tí.

Nombre: Ana
Ubicación: Mexico

Me gusta el blog, puedo escribir todo lo que hay dentro de mí, sin pensar en nada más.

jueves, septiembre 06, 2007

Mi alma no descansa. A pesar de todo sigue caminando, cosa que no entiendo cómo funciona. Me pase algo bueno o malo, sigo adelante, como si tuviera prisa de llegar a un lugar; al menos cuando llego a la "perfección" sé que debo ir más cuidadosa porque algo se puede presentar y sólo estoy esperando el golpe.

¿Por qué sigo caminando? Creo saber la respuesta, pero no me convence, me quiero engañar a mi misma diciéndome cosas como: por miedo, por vivir más. Y no es así. Quiero una vida normal, sin muchas complicaciones: comer, dormir, amar, trabajar; y en la simpleza que busco vivo lo extraordinario. ¿Será que así soy?

El abismo que tengo dentro muchas veces no me deja. Cuando estoy triste me consume, y cuando llego a lo más triste es como si fuera una ola, como de agua pero sin verla, porque es un abismo; esa ola me impulsa y saca energía de todos los puntos que hay en mí y me hace seguir adelante, como si me tomara de la mano. En esos momentos que hago algo, que estoy entera, que puedo ser fuerte para los demás (aunque nadie me lo pida). Cuando he terminado y volteo, casi siempre estoy sola; lo cual está bien, todavía no encuentro a alguien que entienda al abismo y que siga conmigo a través de él. Quizás sea algo personal, quizás sólo yo lo siento y lucho con el.

Sólo sé que son abismos nuevos, una vez que los supero no vuelvo atrás. No me nace. Es como si se borraran o no existieran. Y con esa facilidad olvido personas, situaciones, cosas; y no me duele, y no me interesa quererlos de vuelta. Por eso me esfuerzo a veces, para no olvidarlos; por eso me esfuerzo contigo, porque me da miedo que todo esto sea momentáneo y, que si llegas a regresar, yo no te haya olvidado. Si te olvido, ¿cómo me tendrás de vuelta? ¿cómo renacer algo que murió?

Y al seguir caminando, paso el abismo. No voy, me llevan. Y volteo, y volteo y te sigo viendo en el mismo lugar. Y yo alejándome, pataleando porque no quiero ir, convenciendo a quien sea de que no me quiero mover. Sigo andando, y sólo me queda gritar que me alcanzes, antes de que pase el abismo. Ven conmigo. Vente conmigo, no te quiero dejar, no te quiero olvidar, dame la mano; por favor, reacciona. Por favor. Es caminar juntos, no puedo prometerte nada, sólo caminar contigo..

Sigo hacia adelante. No sé que hay enfrente, pero voy a descubrirlo.

¿Me sientes? ¿Puedes oírme?

No extrañes mi luz, volveré por la mañana.

La noche es momentánea, es pasajera. Cuando menos te lo esperes estaré aquí contigo. Quizás parezca eterna, puedes dormir, puedes leer, puedes hacer otras cosas mientras esperas la mañana. Estás tranquilo porque sabes que viene, es un hecho.

Imagina mi calor, la promesa de una nueva caricia, de un nuevo beso, de más alegría.

No te gastes extrañándome, al fin y al cabo regresaré. A lo mejor me veo diferente, otro color u otro tono, pero soy lo mismo. Déja que te haga feliz, déjame entrar en tu vida mañana cuando amanezca; te abrazaré, te amaré y estaré contigo hasta que obscurezca.