ESTOY CONTIGO.
ESTOY A TU LADO.
ME TOMAS DE LA MANO.
ME ABRAZAS.
ME HABLAS.
ME BESAS.
ME ADMIRAS
ME TOCAS.
ME ESCRIBES.
ME AMAS.

Me encuentro detenida mirando hacia dónde puedo caminar. Veo varias direcciones y no sé cuál tomar porque me pregunto cuál tomarás tú. Debo elegir aquel sendero que me convenza a mí; me doy cuenta que no quiero ir a ningún lado, sino seguirte, y es entonces cuando volteo y veo que esto sola. ¿En dónde estás? ¿Hacia dónde vas? Algunas ocasiones trato de buscarte y me doy de topes con las paredes que pones alrededor de tu corazón. Aquí es el momento cuando me confundo ¿será que no quiere estar conmigo? ¿será que tiene algo más en mente? ¿será que yo estoy inventando historias cuando él piensa algo diferente? Respiro hondo y me pregunto: ¿querrá él que lo acompañe en su caminar? ¿estaré en lo correcto? Siento que le estoy apostando a un caballo que se sospecha está lastimado y no se sabe si podrá correr; y sigo apostando, a pesar de que el riesgo es grande, porque son solo sospechas...nada está comprobado aún.
¿Y si me aparto? ¿Y si me alejo? No quiero hacerlo, y eso de hacerme la difícil no va conmigo, la verdad qué flojera. Pero, ¿qué solución puedo tener? ¿qué puedo hacer? Alguna vez él me comentó que me esfuerzo demasiado y yo pensé: pues sí!!!! alguien tiene que hacerlo!!!
No sé, no sé, no sé. Pero si sigo viendo mi pasado, no podré alcanzar mi futuro. Creo que es momento de dejarte en un punto y seguir caminando; si realmente te intereso me alcanzarás (Dios que así sea por favor). Alcánzame, sígueme, ven conmigo.