Me confieso, muchos años le tuve miedo al adiós.
Le tuve miedo a desprenderme, de viejos hábitos, amores, ilusiones, recuerdos de antaño que una va cargando porque me enriquecen y me hacen quien soy. Hoy me doy cuenta que no es así, que no debo cargar algo que me hace daño o que ya no necesito; entiendo que si quiero crecer y conocer debo dejar atrás lo que ya pasó, para que así puedan pasar más cosas.

Lo más difícil es decirle adiós a alguien, a un cariño, a un amor. Hoy te dije adiós y desprenderme de tí fue duro...en un principio. No te esperabas esa llamada, para decirte lo mucho que te quiero y lo otro tanto que me duele ver cómo te haces daño. Pero no se trataba de tí, sino de mí, yo no puedo avanzar si te sigo queriendo, si quiero ser quien soy debo olvidarte, no recordarte.

Por ti conocí lo que es amar con pasión, mas la pasión misma no es suficiente para vivir, se necesita algo más, que no puedo describir con precisión pero se con certeza que tú no lo tienes. Y pensar que confundí el amor verdadero con una pasión.

Me hiciste crecer, y te lo agradezco. Mas no nos podemos ver más.